El ciclo perpetuo es una idea que te toca aunque no quieras. Y también, cómo el mundo que conocemos nos subsume en letargos que carcomen nuestra autonomía, mientras poco a poco, dejamos de pensar en ciertas cosas. Café Tacvba retó al tablero y puso en el escaparate las miserias e inseguridades del anglo-castrismo, un ridículo estado mental que criba, juzga y repele en función del olor corporal y del grado cromático de la tez. Pudo haber sido así con la publicación del doble compacto Revés/Yosoy (WEA, 1999). No es casualidad, puede suponerse, a la hora de fundar la inspiración sonora y conceptual de la grabación, la aparición en uno de los libretos interiores de un texto del divulgador Marcelino Cereijido Mattioli y en el que, no sin cierta dificultad, podría leerse que la ciencia moderna ha partido a la humanidad en un Primer Mundo que sabe, inventa, vende, puede y decide, y en otro que ignora, copia, debe, padece hambrunas y obedece. Esa ciencia depende de una visión de la realidad, que el Primer Mundo fue forjando a lo largo de milenios, comenzando con el momento en que los griegos dejaron de tener un arconte que los regía autoritariamente, con normas que no necesitaban justificarse ni estaban abiertas a discusión, pues se vieron en la necesidad de gobernarse entre ellos, para lo cual tuvieron que ir inventando las reglas del tener razón entre iguales. Pudo ser además un buen campo de pruebas, una pareja de discos que se agotaban en sí mismos, un evento único y sin continuidad explícita que encontraba su zona de confort en la incertidumbre permanente y en el cual, la banda casi acaba disolviéndose dentro.
Café Tacvba 2 - El Río – El Polen – 9 – "El Ave" – 5.1 (interpretada por el Cuarteto de Clarinetes Arghül) – "Guerra" – 8 – Lento – 3 - El Espacio - 10 (Grabación de la Compañía Nacional de Danza Folclórica del Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigida por Nieves Paniagua – fragmento-) – Bicicleta
La imagen es un detalle del libreto que acompaña a Revés/Yosoy
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